Como
algunos saben llevo cerca de tres meses viviendo en México, donde me estoy
preparando para seguir sirviendo al Señor, y una de mis inquietudes al poco
tiempo de estar en tierras aztecas fue el hecho de servir. Desde 1998 sirvo al
señor en diversas formas y en México pues no había encontrado el lugar, pero
orando y hablando con los líderes indicados se me mostró que sirviera en la
alabanza.
Viendo algunos de los ensayos
del grupo de alabanza al que pertenezco actualmente en el CNM de Amistad
Cristiana A. C., Y recordando al grupo que pertenecí en mi iglesia el cenáculo
en Honduras, y haciendo memoria de varios grupos que observé en diversas
congregaciones en Tegucigalpa y San Pedro Sula me doy cuenta de un fenómeno
musical.
Cuando los músicos ensayamos y
hay dificultad en los acordes ocurre lo siguiente, el tecladista, guitarrista o
bajista que si se sabe los acordes comienza a cantar cualquier canción de una
manera particular, tomaremos como ejemplo la canción Renuévame de Marcos Witt,
el músico que la dicta la canta así:
(Léase
con la tonada de la canción)
Renuee –Re-
Sol- vame La- Señor Je- Reee- sús -sol añadido nueve- (este último
acorde muy pero muy rápido)
Ya no
qui – Mi menor- ero ser –La sostenido 4- igual –La siete-
Renuee –Re-
Sol- vame La- Señor Je- Reee
-sol añadido nueve- (este último acorde muy pero muy rápido)
Pon en
mi- Mi menor 7- tu cora -La sostenido 4- zón -La- Sol con bajo de La-
-Re- Porque todo lo que –Laaaaa-
(hay) den- Sol 7- tro de –Si- mi Sol
Necesita
ser ca –miii menor 7- mbiado – La sostenido 4- señor -sol -la-
Porque –Reee-
todo lo que –Laaaa- (hay) dentro de –Si menor 7- mi corazón –sol-
Nece –miiii-
Laaaa- re- (sita más de ti) -sol- re-
Eso
a parte de causarme buenos recuerdos me hace ver que a pesar de las diferencias
culturales, y de dialecto mexicano y hondureño, me hace ver que la música es
una forma universal de comunicarnos, y que ciertas costumbres musicales son
comunes en diversas partes del mundo.
Esto me lleva a meditar sobre cuál es el lenguaje universal, y ante los problemas dialécticos o de idiomas que vive el mundo, sin duda el amor es una lengua universal, pero no cualquier amor, sino el amor que Dios nos ha dado a la iglesia para que lo hablemos.
El
primero en demostrar amor fue Dios mismo (Juan 3:16, 1ª de Juan 4:19, Romanos
5:8) con el propósito de que le amemos a Él, y que como sus hijos hablemos su
idioma y podamos amar al prójimo como dice el gran mandamiento. (Mateo
22:37-40)
Las preguntas de reflexión son
las que vienen a continuación ¿Qué tanto ama la iglesia al prójimo? No creo que
haya que irse lejos ¿Qué tanto ama la iglesia a sus hermanos? ¿Qué tanto demostramos
ese amor con que Dios nos ama? No quiero caer en juicio porque no puedo y no
sería amoroso tampoco, pero creo que cada uno de los que nos llamamos miembros
de la iglesia estamos llamados a revisar como estamos transmitiendo el lenguaje
del amor.
Si Dios es lo primordial en
nuestra vida reflejaremos su amor y lo hablaremos como cuando conversamos en
español bien claro, o inglés, japonés o urdu, cualquiera sea tu idioma natal.
(Lucas 6:45) de lo contrario algo está pasando por lo que la “iglesia” se está
transformando en otra cosa que no es lo que Dios nos llamó a hacer.
Por poco más de un año he
escrito en mi blog mi sentir de parte de Dios para invitar a mis hermanos,
amigos, alumnos a que trabajemos por hacer la labor de Iglesia que Dios nos
encomendó, y cierro este mensaje repitiendo la misma idea, evangelicemos y hagamos
discípulos hablando el lenguaje del amor, eso es hacer Iglesia.