sábado, 24 de marzo de 2012

Díganle que No



He sido un tanto recurrente con mi gusto por los deportes, uno de los aspectos que me hace seleccionar el canal de transmisión son los comentaristas, y cuando se trata de Beisbol ESPN es el canal por la inigualable narración de Ernesto Jerez, su forma específica de narrar los lanzamientos, los “Outs” “por la ruta 63, y sobre todo el “Home Run” con su grito de "a lo profundo y No, no, no, no, no, díganle que no a esa pelota”.
El beisbol es un gran deporte, pero verlo y escuchar la narración de Ernesto Jerez es sin duda lo mejor, y ese grito es un clásico, hasta de ring tone, lo tienen algunos celulares. Pero lo más peculiar es que al decirle que no a la pelota, la envía lo más lejos posible, hace un “tuquiti” y luego vuela varios metros hasta pasar la barda.
Una vez en un campamento de semana santa en 1999, surgió una broma entre el grupo de varones, contaba el joven Erasmo Ramírez, que se le declaró a una chava con la frase “Nena quiero contigo” (que romántico verdad, es sarcasmo) y luego ella le dijo “bueno si pero no” y él se fue molesto.
Y es el que la palabra NO, tiene esa cualidad de alejar cosas, decirle que no a la pelota es una ejemplificación clara de mandar lejos la esférica, la broma de Erasmo, es obvio un rechazo para alejar al fulano, y cuando decimos que No a ciertas cosas en la vida, es la señal más clara de que la queremos apartar de nuestro camino.
Este no es un mensaje legalista con la intención de prohibir cosas, pero sin duda es necesario saber decir que No, el orden de prioridades en nuestra vida no lo que decimos, sino lo que refleja nuestro hacer diario.
Muchos cristianos dicen que su orden de prioridades comienza con Dios, pero su práctica diaria refleja que NO es así, a las primeras cosas que dicen que NO (alejándolas de su vivencia real cada día) es a la lectura bíblica y la oración, es común saber de “hermanitos” que dicen ahorita NO porque estoy ocupado, de momento No porque es muy temprano o muy tarde, No porque veré el partido o la película, NO porque estoy enfermo, No porque hoy me he portad mal, etc. Etc.
Pero a lo que si tenemos que decir que No, se incrusta en nuestra agenda como cuando compramos palomitas de maíz para ir al cine, que no es parte esencial para ver una película pero ahí están, grande maquinas de “Pop corn” en la tienda de entrada al cine, son caras, saladas e innecesarias, pero las compramos antes de entrar al cine.
El tiempo excesivo en televisión, internet, platicas ociosas etc. A eso que debemos decir que NO, se vuelve imposible hacer, Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica, dice 1ª de Corintios 10:23, justo encima del versículo en la Reina Valera dice un titular Haced todo para la gloria del Señor. Ese tipo de mensaje me hace pensar que a veces le decimos que no a lo que deberíamos decir si y viceversa.
Lo importante es lo que la palabra nos llama a hacer, si la iglesia no evangeliza ¿Quién lo hará? El factor tiempo es clave, los creyentes NO tenemos tiempo de prepararnos ni de hacer lo que tenemos que hacer, pero Si tenemos tiempo para otras cosas. Este aparente juego de palabras, es por no saber decir que NO.
Cuando le decimos que NO a las cosas ociosas(no precisamente malas) tendremos tiempo para invertir en el Reino, te invito a que ayunes un tiempo de TV, internet, u otra cosa, dile que NO, y veras cuan productivo en

domingo, 11 de marzo de 2012

“Iglesia” y estadio


En esta ocasión, no me refiero a la iglesia como el grupo de llamados que seguimos a Cristo, sino a las reuniones de congregaciones a lo que comúnmente le decimos ir a la “iglesia”.

Me gustan los deportes en general, me parece que es uno de los medios de diversión más interesantes que tenemos los humanos, tanto practicarlos como observarlos, me simpatiza demasiado, me gusta ver las diversas ligas de soccer, la NFL, NBA y MLB, los abiertos de tenis, mundiales y juegos olímpicos.
Y los deportes se desarrollan en los estadios, aquellas estructuras diseñadas originalmente para observar altos niveles de profesionalismo en las competiciones deportivas.

También me encanta ir a la “iglesia” y a eventos cristianos, y hoy quiero comentar algunas similitudes  o contrariedades que he encontrado de cosas que se dan en ambos lugares, pero el propósito es meditar en que cosas tu y yo debemos cambiar en nuestras congregaciones.

1.       Contrariedad: La gente asiste a los estadios y se toma muy en serio un juego, la gente se congrega en iglesias y se toma a juego algo muy serio. De manera que hoy vemos gente dispuesta a morir por un equipo en un estadio pero no estoy seguro de que tanta pasión hay en las iglesias. 

2.       Similitud: las iglesias y los estadios se llenan más por la calidad de los espectáculos que por la fidelidad al equipo.

3.       Contrariedad: existen seguidores de estadios que se saben alineaciones, intercambios y fechas importantes de sus equipos, los que se congregan, no siempre leen la biblia ni oran como se supone lo hacen los seguidores de Cristo.

4.       Similitud: en ambos lugares se cuestiona e insulta la labor de los que supuestamente son de nuestro equipo.

5.       Contrariedad: Cuando algunas cosas de la iglesia no le parecen (muchas veces cosas infantiles) se cambian de congregación o dejan de congregarse, la gente sigue fiel a su equipo de deportes en las buenas y en las malas.

6.       Similitud: existe alabanza en ambos lugares.

7.       Contrariedad: Cuando hay buenas adquisiciones en deportes de estadio se alegran, en la iglesia hay envidia.

8.       Similitud: en tiempos importantes (finales, aniversarios) se llenan siempre.

9.  Contrariedad: a veces en el estadio la gente se distrae hablando y por eso no ven los goles o buenas jugadas,… oh esta es similitud.

10.   Similitud: poco se acuerda la gente de lo que sucedió los 90 minutos que se estuvo adentro sino de una o dos cosas.

11.   Contrariedad: La gente asiste a la iglesia con camisas deportivas, pero no al estadio con camisas con mensaje de salvación.

12.   Similitud: hay gente que dice que sigue a un equipo y realmente no, lo mismo pasa en la iglesia.

Insisto mi propósito es que meditemos, la pasión por Cristo es fruto de su obra en nuestras vidas, es inconcebible, que en los deportes (que no son malos en sí) la gente sea más fiel o apasionada que en la vida de iglesia, tampoco es concebible que veamos la iglesia como un estadio o cine con la diferencia de que no pagamos (la mayoría de veces al menos) por entrar.
Aquí menciono algunos versículos en los que podemos pensar, Deuteronomio 7:9, Hechos 4:12, Romanos 13:7, Gálatas 2:20, Filipenses 1:21, 2 Timoteo 2:13, Hebreos 10:25, Dios les bendiga.