martes, 17 de julio de 2012

¿Cristianos de a de veras?


La estafa es algo tan terrible, y varios podríamos ser víctimas de estafas en materias que desconocemos, yo no tengo a la mano los materiales químicos precisos para poder asegurar si una pieza de es genuinamente de oro, y podría ser estafado.

He aprendido a preguntar mucho o a consultarle a gente que sabe más que yo en el tema, a veces hasta para comprar algo en el supermercado, si el precio no me parece llamó a mi madre para consultar, y siempre recibo la respuesta esperada en un tono de esos que indican que es una información tan obvia que ella no sabe como yo podría vivir sin saber el precio de una lata de maíz (que por cierto no me acuerdo cuanto es).

La vida de la iglesia cristiana es posible que este en una crisis de genuinidad de creyentes, casi no hay “Cristianos de a de veras” si nos basamos en los datos que investigué y presentare más adelante, pero lo triste es que en este caso es la sociedad la que se ve estafada por nosotros. 

En mi forma de ver las cosas, o somos cristianos o no, o somos miembros verdaderos de la iglesia o no, es muy simple, reconocimos a Cristo como Señor y salvador aceptando regir nuestras vida conforma a las sagradas escrituras, el que no pues no es creyente.

No se trata de juzgar pues nadie me ha puesto por juez la biblia lo dice en mateo 7, que no seamos jueces, pero en el mismo capítulo en el verso 16 la palabra dice que podemos conocer a los falsos profetas por sus frutos, y toda persona creyente genuina da fruto genuino, y el que no pues no.

Otros pasajes que nos dan luz de que tristemente todos los que entran a las iglesias no son precisamente cristianos son en el mismo Mateo 7:21 al 23, donde Cristo desconoce a algunos que en su nombre echaron fuera demonios e hicieron otras cosas, y como olvidar el mensaje a la iglesia de Laodicea, en Apocalipsis 3: 15 donde se les dice que serán vomitados por no ser ni fríos ni calientes. 

En un blog que circula por internet  leí información extraída de estudios de la Gallup el 2010 donde asegura que el 32.1% de la población hondureña es “cristiana evangélica” eso implica que hay más de dos millones de cristianos hondureños.

Los datos de la realidad social en Honduras nos colocan como el país con mayor cantidad de muertes violentas por cada cien mil habitantes en el mundo, el número promedio en Honduras es 86, cuando el promedio mundial es de 6.

Los índices de corrupción y criminalidad son altamente escandalosos, los que vivimos en el país sabemos que muchos de los procesos legales y policiales se arreglan con movida o mordida etc. No puedo decir que todo el aparato policial, gubernamental es corrupto, pero si en su gran mayoría.

En los hospitales públicos ciertos médicos arruinan las máquinas, para que los pacientes tengan que ir a pagar exámenes a clínicas privadas. Existe en el país una evasión fiscal mayor al 80%, y pudiera seguir con datos y datos y datos.

Pero de todo lo que dije el único dato que me asusta sinceramente es que 32 % de los hondureños son cristianos evangélicos, y 95% de los hondureños son cristianos de cualquier sub religión. Un país supuestamente cristiano en su mayoría, está entre los países más pobres, corruptos y violentos del mundo.

“Por sus frutos los conoceréis” dijo Jesús, no puedo generalizar el caso hacia los demás países, pero seguro que el dato estadístico de los creyentes no es real, saben lo que sería si hubieran genuinamente 2 millones de Cristianos en un país como Honduras, dos millones de personas que vivan como Cristo, que amen al prójimo, que cumplan la ley, que sirvan de corazón, esto sería un país ejemplar para el resto pero no lo es, porque no todos los que entran en los templos son cristianos de a de veras.

La pregunta aquí es para mí y para todos, ¿Somos Cristianos de a de veras? ¿Damos gloria a Dios en nuestra vida diaria? ¿Mis acciones demuestran que cada día soy más como Cristo y menos como yo? En la medida que la iglesia responda afirmativamente la vida del país mejorara no porque sigamos algunos pasos cual receta, sino porque haremos lo que Dios quiere que hagamos.

miércoles, 11 de julio de 2012

Pecados "Cristianos"



                Las preguntas son una parte clave de la vida, en mi caso cuando fui estudiante en los distintos niveles que me toco experimentar el factor hacer preguntas siempre fue clave, el alumno que pregunta se la juega a niveles que los que no lo hacen no lo saben, puede ganarse el afecto u odio de los compañeros, ya que algunas tareas, revisiones, asignaciones se derivan de las preguntas, pero a su vez se aclaran dudas que otros tenían y no osaron preguntar para no pasar por tontos.

                Los maestros también son una caja de sorpresas (como alumno y maestro hablo) porque uno nunca sabe cómo van a responder, si de buenas, de malas o si lo van a quedar viendo con cara de que pregunta más obvia (yo soy de los maestros que prohíbe preguntas obvias je je), pero no puedo negar que preguntar es mucho mejor que no hacerlo.

                En el ámbito de iglesia también soy de los que pregunta bastante, y por eso siempre encontré a grandes líderes y pastores con increíbles respuestas y consejos cada vez que necesité, y por supuesto siempre le pregunto a Dios cuando leo su palabra, y siento que he recibido respuesta en una relectura o ante los líderes como mencioné antes.
    
            Una de mis preguntas fue elaborada desde una postura de casi fiscal de las decisiones de Dios (que osadía la mía), muchas veces hemos leído o escuchado la historia del primer rey de Israel, Saúl es uno de esos personajes que simbolizan la realidad de muchos cristianos de hoy en día, en un principio Dios les llama y su presencia es notoria en medio del pueblo, pero años después sus vidas y ministerios tan monótonos hacen ver que Dios mismo les ha abandonado.

                Pero Saúl fue rechazado aparentemente por un par de desobediencias, si leemos rápidamente los pasajes del primer libro de Samuel capítulos 13 y 15 vemos las desobediencias de Saúl, primero (cap. 13) esperó una semana y el profeta no llegaba para ofrecer holocausto antes de la batalla entonces lo hizo el mismo.

                El otro pecado fue una desobediencia directa a la orden de eliminar todo lo que era de Amalec, y dejó vivo al rey y a lo mejor del ganado y su excusa fue para ofrecer holocausto (como en el primer caso), pero después de este segundo desacato Dios toma la decisión de apartarse de Saúl. Y esta situación me hace preguntar ¿Por qué?

                Aquí es donde me hice el fiscal, revisé una y otra vez estos pasajes, y hasta recuerdo los dibujos que pinté en escuela dominical y la forma en que mis maestras nos contaban dichas historias, el punto es que leo los pecados de David por ejemplo que fue el sucesor de Saúl y en una escala de valores humana creo que son peores que los de Saúl.

                David literalmente ignoró que uno de sus hijos violó a su media hermana, lo que ocasionó que de veras se dieran asesinatos intentos de golpe de estado en medio de su familia, en otra ocasión David miró a la esposa de su vecino, se acostó con ella, mandó a asesinar a su marido y se quedó con la mujer. Tomando la actitud de fiscal digo, al par de estas cosas los pecados de Saúl parecen más “cristianos” y de menor daño a terceros que lo que hizo David, y de hecho este mismo David es el hombre con el corazón conforme a Dios.

                Cuando hago ese análisis pregunto ¿Por qué? Y gracias a Dios tuve respuesta, lo mencioné anteriormente y titulé este artículo como pecados cristianos, porque así parecen los pecados de Saúl, desobediencias para “ofrecer sacrificios a Dios”.

                El asunto aquí no es si hay pecado grande o pequeño, porque claro está que el problema es el origen mismo del pecado (Lucas 6:45), y es ahí donde difieren kilómetros los dos reyes, David tenía un corazón conforme a Dios, genuinamente se arrepintió de sus pecados y aceptó la disciplina de Dios al respecto, es importante aclarar que a David poco o nada le interesaba la opinión pública, a él siempre le interesó hacer lo que Dios quería y era capaz de hacer pagar al que no quisiese agradar a Dios.

                El problema de Saúl era que sus desobediencias eran las propias de alguien que quería quedar bien con la gente aun si eso implicaba desobedecer a Dios, a su vez siempre tenía las excusas “cristianas” para explicarse.

                El punto de mi mensaje no es poner en mal al mal logrado primer rey de Israel, sino hacer meditar a la iglesia del año 2012, ¿qué sucede cuando pecamos? reconocemos, nos arrepentimos y cambiamos, o usamos las mil excusas “cristianas” del momento, desearía tener tiempo para ejemplificar las excusas cristianas, pero eso será tema de otra publicación, el punto clave aquí es que si pecamos ya sabemos que hay que hacer (1 Juan 1:9).

                Iglesia arrepintámonos de jugar al cristiano, ya no cometamos pecados “cristianos” y hagamos iglesia, a eso nos llamó Dios.