miércoles, 11 de julio de 2012

Pecados "Cristianos"



                Las preguntas son una parte clave de la vida, en mi caso cuando fui estudiante en los distintos niveles que me toco experimentar el factor hacer preguntas siempre fue clave, el alumno que pregunta se la juega a niveles que los que no lo hacen no lo saben, puede ganarse el afecto u odio de los compañeros, ya que algunas tareas, revisiones, asignaciones se derivan de las preguntas, pero a su vez se aclaran dudas que otros tenían y no osaron preguntar para no pasar por tontos.

                Los maestros también son una caja de sorpresas (como alumno y maestro hablo) porque uno nunca sabe cómo van a responder, si de buenas, de malas o si lo van a quedar viendo con cara de que pregunta más obvia (yo soy de los maestros que prohíbe preguntas obvias je je), pero no puedo negar que preguntar es mucho mejor que no hacerlo.

                En el ámbito de iglesia también soy de los que pregunta bastante, y por eso siempre encontré a grandes líderes y pastores con increíbles respuestas y consejos cada vez que necesité, y por supuesto siempre le pregunto a Dios cuando leo su palabra, y siento que he recibido respuesta en una relectura o ante los líderes como mencioné antes.
    
            Una de mis preguntas fue elaborada desde una postura de casi fiscal de las decisiones de Dios (que osadía la mía), muchas veces hemos leído o escuchado la historia del primer rey de Israel, Saúl es uno de esos personajes que simbolizan la realidad de muchos cristianos de hoy en día, en un principio Dios les llama y su presencia es notoria en medio del pueblo, pero años después sus vidas y ministerios tan monótonos hacen ver que Dios mismo les ha abandonado.

                Pero Saúl fue rechazado aparentemente por un par de desobediencias, si leemos rápidamente los pasajes del primer libro de Samuel capítulos 13 y 15 vemos las desobediencias de Saúl, primero (cap. 13) esperó una semana y el profeta no llegaba para ofrecer holocausto antes de la batalla entonces lo hizo el mismo.

                El otro pecado fue una desobediencia directa a la orden de eliminar todo lo que era de Amalec, y dejó vivo al rey y a lo mejor del ganado y su excusa fue para ofrecer holocausto (como en el primer caso), pero después de este segundo desacato Dios toma la decisión de apartarse de Saúl. Y esta situación me hace preguntar ¿Por qué?

                Aquí es donde me hice el fiscal, revisé una y otra vez estos pasajes, y hasta recuerdo los dibujos que pinté en escuela dominical y la forma en que mis maestras nos contaban dichas historias, el punto es que leo los pecados de David por ejemplo que fue el sucesor de Saúl y en una escala de valores humana creo que son peores que los de Saúl.

                David literalmente ignoró que uno de sus hijos violó a su media hermana, lo que ocasionó que de veras se dieran asesinatos intentos de golpe de estado en medio de su familia, en otra ocasión David miró a la esposa de su vecino, se acostó con ella, mandó a asesinar a su marido y se quedó con la mujer. Tomando la actitud de fiscal digo, al par de estas cosas los pecados de Saúl parecen más “cristianos” y de menor daño a terceros que lo que hizo David, y de hecho este mismo David es el hombre con el corazón conforme a Dios.

                Cuando hago ese análisis pregunto ¿Por qué? Y gracias a Dios tuve respuesta, lo mencioné anteriormente y titulé este artículo como pecados cristianos, porque así parecen los pecados de Saúl, desobediencias para “ofrecer sacrificios a Dios”.

                El asunto aquí no es si hay pecado grande o pequeño, porque claro está que el problema es el origen mismo del pecado (Lucas 6:45), y es ahí donde difieren kilómetros los dos reyes, David tenía un corazón conforme a Dios, genuinamente se arrepintió de sus pecados y aceptó la disciplina de Dios al respecto, es importante aclarar que a David poco o nada le interesaba la opinión pública, a él siempre le interesó hacer lo que Dios quería y era capaz de hacer pagar al que no quisiese agradar a Dios.

                El problema de Saúl era que sus desobediencias eran las propias de alguien que quería quedar bien con la gente aun si eso implicaba desobedecer a Dios, a su vez siempre tenía las excusas “cristianas” para explicarse.

                El punto de mi mensaje no es poner en mal al mal logrado primer rey de Israel, sino hacer meditar a la iglesia del año 2012, ¿qué sucede cuando pecamos? reconocemos, nos arrepentimos y cambiamos, o usamos las mil excusas “cristianas” del momento, desearía tener tiempo para ejemplificar las excusas cristianas, pero eso será tema de otra publicación, el punto clave aquí es que si pecamos ya sabemos que hay que hacer (1 Juan 1:9).

                Iglesia arrepintámonos de jugar al cristiano, ya no cometamos pecados “cristianos” y hagamos iglesia, a eso nos llamó Dios.

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