sábado, 10 de noviembre de 2012

Identidad


En 1998 tuve la oportunidad de viajar  a Europa, y una de las ciudades que más disfruté en muchos sentidos fue París, esa es una ciudad admirable, con mucho arte, arquitectura e historia. Es casi imposible olvidar mi caminata por los campos Elíseos, subir con mi papi al arco del triunfo, andar por los pasillos del museo Louvre o del palacio de los inválidos, contemplar la vida nocturna de París, pasear en el rio Sena, y subir a la torre Eiffel diseñada por mi tocayo Gustavo Eiffel en 1889 para celebrar cien años de la revolución Francesa.

Pero en medio de la hermosa vista y todo lo impresionante que es este monumento (la torre) me lleve una grata sorpresa que hizo brincar mi identidad como hondureño, resulta que en el nivel más alto donde puede llegar el público están las distancias desde ese punto hasta las capitales del mundo, y encontré la bandera de Honduras y la distancia a mi ciudad natal la bella Tegucigalpa (no tengo el dato exacto pero son 8800 km o un poco mas).

Pues me tomé la foto, porque no podía evitar emocionarme de ver mi bandera en ese lugar, alguien compatriota mío quizá no le preste importancia a este tipo de cosas, y es que resulta que tristemente muchos hondureños solo medio son patriotas cuando la selección de fútbol juega y gana, cuando pierde y en cualquier otro ámbito pues no son muy hondureños.

 Pero en mi caso, que incluso actualmente vivo en México D. F. una gran y hermosa ciudad que pertenece  un grandioso país sin duda, pero mi tierra y mi país son altamente extrañados, y mi comida y tradiciones pues ahí están en la misma lista de cosas que extraño.

La identidad de Hondureño no se me quita, escucho mi himno y me da nostalgia, veo partidos o noticias de mi país, veo fotos y videos y hay sentimientos que me señalan ese es mi país, etc. No se trata de desenfocarme o darle más importancia de lo que merece, simplemente es una identidad, me identifico como hondureño y me encanta serlo.

Así como muchos son altamente identificados con sus nacionalidades, sus regiones, equipos de deportes, grupo de amigos, grupos musicales, etc. Y hacen que se note comprando camisetas o jerseys que los identifican, bajan imágenes en sus computadoras, compran bufandas, chumpas o tazas con etiquetas que los identifican con lo que les gusta.

Hace algunos años un amigo dejaba de comer en la secundaria por ahorrar dinero y comprar un Cd de su grupo favorito (creo que era Pearl Jam), y pues llegar a no comer sí que es estar identificado con algo, en lo personal me parecía ridículo ese extremo y hoy que lo veo lo sigo creyendo.

Ahora la pregunta aquí es que es realmente la identidad. La segunda definición de este concepto según el diccionario de la Real academia española dice que es Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás, interesante, la identidad es lo que nos marca de manera especial ante los otros individuos.

Olvidándonos un poco de la identidad patriótica (sana o insana) y de la identidad con cosas que normalmente no justifican pasiones locas, y comenzando a aterrizar en el punto central de todo esto, pensemos en una verdadera identidad cristiana.

La Iglesia por su naturaleza divina y por ser el cuerpo de Cristo naturalmente provee a sus miembros rasgos que nos diferencian del resto de las personas (o debería), y un creyente sin identidad de Cristiano simplemente no se le debe llamar cristiano.

Aunque no justifico a las personas que se escudan en lo que ven en otros, es casi incontable la cantidad de personas que dicen no querer acercarse a una iglesia porque ven que ciertos cristianos son hipócritas o hacen cosas supuestamente indebidas, etc. Eso demuestra que no todos los que se congregan son cristianos genuinos por el simple hecho que no tienen una verdadera identidad de cristianos.

Así como un ciudadano de cierto país no tiene identidad nacional mientras que otros sí, lastimosamente las iglesias o congregaciones están llenas de gente sin identidad, que no muestran los rasgos de ser verdaderos creyentes.

Debo ser muy puntual aquí, asistir a una iglesia, tener información de Dios y saberse unos cuantos versículos no te hace cristiano de la manera que estar un tiempo en un restaurante no te hace silla o mesa. Haber nacido en una familia cristiana tampoco te hace cristiano como haber nacido en una ambulancia no te hace médico ni enfermera ni llanta de repuesto.

La identidad de un verdadero cristiano se nota y lo hace ser diferente de manera que los demás lo notan y Dios lo sabe, a Él no se le puede engañar. “No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Lucas 6:43-45

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23

Recalco, la actividad religiosa, incluso las señales majestuosas no indican que seas cristiano, porque Dios respalda su palabra y él hace milagros no uno, el pueblo de Israel vio grandes milagros en Egipto y el desierto, pero solo gustaban las señales, pero Moisés buscaba la presencia de Dios, por eso se le identifica como un gran profeta y líder como habría después de Él, o sea las señales no identifican, la presencia sí.

La presencia de Dios se nota en un cristiano genuino y son ese tipo de creyentes los que Dios busca, los que son verdaderos miembros de la Iglesia, los que hacen labor de Iglesia. Si no tienes identidad cristiana te invito a orar en este momento, pide perdón, inicia una nueva etapa donde cada acción de tu vida será guiada por el Espíritu Santo y le dará gloria a Dios, y tu testimonio construirá un par de ladrillos más en la iglesia y conocerás el verdadero propósito del creador del universo en tu vida. 

sábado, 3 de noviembre de 2012

¿Das la medida?



Transcurría el año 1993, recién había cumplido 10 años y mi familia hizo una visita turística a Estados Unidos, y fuimos entre otras ciudades unos 15 días a los Ángeles, mi tía vive en esa ciudad hace un buen tiempo, y ella misma junto con su familia nos llevó a los principales lugares de aquel tiempo.

Fuimos a los Universal Studios, Disneyland, al zoológico de San Diego, al barco RMS Queen mary, al teatro chino y paseo de la fama de Hollywood, al museo de cera y también nos llevó al museo de Guinness, justo ahí es donde comienzo a recordar la historia de hoy.

Seguramente la foto esta en algún álbum empolvado en mi casa en Tegucigalpa, en ese tiempo las fotografías eran con cámaras de rollos luego uno las iba a revelar a algún estudio y las guardaba en álbumes, no como ahora que todo es digital y pocas veces impreso.

La foto en aquel museo era en una balanza justo al lado de la figura de Robert Hughes, quien es el hombre en la historia del que se registró mayor peso. En cierta etapa de su vida llego a pesar 1069 Libras, y yo pues de escasos 10 años y muy delgado pesaba 68 libras (favor no pregunten mi edad ni peso actualmente). Repito que esa foto esta en un álbum en mi casa a 2000 km de México DF, razón por la cual no la puedo escanear ni subir en esta publicación.

Pero si pueden imaginar el cuadro del cipote delgado que pesa 1001 libras menos que Robert Hughes, el evento es gracioso sin duda, y pues recordando dicho evento pensé en que representa el peso, en el caso de Hughes aunque su peso lo llevó a estar en la historia, pues no fue saludable para él y murió muy joven.
Pero el peso en términos generales es una medida, así como lo es la estatura, la edad, la masa, etc. Y pues las medidas son para verificar si estos factores medibles alcanzan los niveles esperados. En términos bíblicos e incluso en los populares se espera que demos el ancho, o la medida en ciertas cosas.

Se espera que un estudiante obtenga un calificación que demuestre que ha aprobado su materia, o que sea sobresaliente, se espera que los deportistas mejoren constantemente sus marcas personales, se espera que los políticos mejores los indicadores económico-sociales de los países que gobiernan. Así podría mencionar que los artistas esperan vender más con sus nuevos discos o películas, las televisoras elevar sus ratings con sus programas o shows, etc. La sociedad espera que las personas den su medida respectiva.

La Biblia narra en uno de mis libros favoritos (Daniel) una historia que siempre me pareció interesante y fuerte, en el capítulo 5 Daniel se comenta cuando el Rey Belsasar realizó un mega banquete y utilizó los utensilios del templo de Jerusalén que Nabucodonosor había llevado a Babilonia.
 
 
En medio de la gran fiesta repleta de idolatría de repente unos dedos de mano humana aparecen y se escribió en la Pared las Palabras Mene, Mene, Tekel, Uparsin. Aunque la historia se presta para muchas cosas, partiendo de la majestuosidad del mensaje de Dios, la revelación a Daniel, las palabras que a través de todo el capítulo muestran el Reino de Dios, el reclamo contra la idolatría etc. Por hoy me centrare en el significado de Tekel y la consecuencia final.



 En la Nueva traducción viviente dice así en Daniel 5:27 Tekel significa “pesado”: usted ha sido pesado en la balanza y no dio la medida. Es claro que Dios le reclama a Belsasar por lo que está haciendo, le dice que fue contado y le puso fin al reino, que fue pesado y fue hallado falto (RV 1960) y que fue dividido su reino.

Dos son consecuencias los mene y el Uparsin son consecuencias el fin de su reino y el inicio del gobierno persa, pero la razón fue el Tekel, Belsasar un pagano, pero rey temporal del gran imperio babilónico no dio el ancho, no dio la medida, no dio lo que se esperaba de Él, y por eso recibió un mensaje de Dios y fue muerto en la misma noche en que Daniel se lo interpretó.

Sé que es una historia fuerte, pero me lleva a meditar ¿si la iglesia de hoy pesa lo que debe pesar, responde lo que debe responder, tiene la estatura que debe tener, llega a donde debe llegar? Recordemos que se entiende que somos su templo, no utensilios, su templo y como estamos usando su templo es una pregunta interesante.

Un tiempo de silencio es prudente… no quiero que pensemos en otros, pensemos de manera individual, ¿A caso yo como miembro de la iglesia estoy dando la medida? ¿A caso si me pesan como pesaron a Belsasar pasaría la noche? ¿Realmente mi vida refleja lo que Dios espera de mí? ¿Colaboro con el resto de la Iglesia en lograr la gran comisión?

Nuestro deber es confiar cada vez más en Dios y vivir en El, por El y para El. De esa forma es seguro que la balanza indicará que pesamos lo que se espera, sino pues creo que la iglesia no impactara como Dios está esperando, te motivo a que demos la medida y hagamos iglesia.