domingo, 6 de enero de 2013

Un Mensaje para iniciar el 2013



(Compartí este mensaje en mi congregación la iglesia el Cenáculo el 31 de Diciembre del 2012 entre 11 y 11:30 pm, una de las mejores formas de terminar el año)

El tiempo es un factor que sin duda nos afecta, a veces más de lo que debería, pero por extrañas razones el cierre de períodos e inicio de nuevos se vuelve esperanzador en muchos casos, el cierre de años escolares, o períodos académicos, las celebraciones de cumpleaños y aniversarios de bodas o noviazgos son comunes.
Curiosamente son los primeros años los más celebrados, o los que terminan en ceros o cincos, por ejemplo cuando un bebé recién nació durante los primeros dos meses los padres contestaran la pregunta sobre la edad de este, tiene 6 meses y medio, o 13 meses, 7 meses y 1 semana, o quizás, ya mañana cumple 8 meses. Pregúntele si a los 19 años dirá que está por cumplir los 228 meses o algo así.

El punto es que los cierres temporales humanos pueden ser útiles si los cambios que llevamos a cabo tienen un impacto diario en nuestra vida, y no se convierten en dietas y propósitos que a mediados de enero o febrero están siendo tirados por la borda y caemos en una rutina espantosamente absorbente.

Pero si meditamos sin tener complejo mesiánico en que tiempo estamos viviendo como iglesia y tomamos acciones al respecto, el iniciar un 2013 con un propósito mayor se vuelve relevante. Por eso quiero comentar sobre tres pasajes bíblicos y aquí vamos con el primero:

Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo son; y has descubierto que son falsos. Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor.  ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro. Pero tienes a tu favor que aborreces las prácticas de los Nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré derecho a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. Apocalipsis 2:2-7 (NVI)

Leemos en este primer pasaje sobre una iglesia fiel, con sana doctrina y mucha actividad eclesial (sea en un templo o no) pero estaban comenzando a fallar en la esencia, el amor a Dios, el primer amor, eso es un pecado (por omisión el no amar es pecado) y es de reflexión.

La iglesia más fiel de las 7, según unas interpretaciones la que representa la iglesia de los primeros siglos de cristianismo, pero ya habían errores al amar y Dios da la salida, hacer las obras del principio, hoy en día estas obras iniciales son sencillas, un tiempo diario de oración, que cada quien desarrolle un nivel de  congregación fiel y constante, y amor por leer y compartir la palabra, sé que esto no es nada nuevo, de hecho creo que cualquier niño de 7 años en la escuela dominical podría dar esta respuesta facilmente, pero ¿Lo hacemos? Si lo hacemos entonces no hemos perdido el primer amor, pero por si alguien no lo hace, le recomiendo leer el pasaje de nuevo especialmente la parte que resalte en el texto.

Ahora pasemos al segundo pasaje:

Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano de la creación de Dios: Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.  Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú.  Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.  El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:14-21 (NVI)

Dos cosas, el mensaje duro a la tibieza o indecisión espiritual en Honduras diríamos no sos chicha ni limonada, por eso la iglesia es rechazada, ahora lo último que resalté es para muchos el mensaje evangelístico por excelencia pero les digo algo, este no es un pasaje a inconversos, es un mensaje a los conversos, es un mensaje a la iglesia, y la conclusión es obvia, la Iglesia tiene fuera de corazón a Cristo, por eso el está tocando y queriendo compartir con nosotros.

Hace años don Roberto Orellana cantaba interpretando a Dios diciendo: “Porque hay muchos hombres que se reúnen en mi nombre, pero no me dejan entrar a mi”. Es triste pero ese canto sigue vigente hoy en día. Insisto en el punto este versículo no es evangelístico, es un mensaje a la iglesia, y según los expertos esta Iglesia de Laodicea es la iglesia de los tiempos finales o sea nosotros, como una buena cantidad de los que se congregan en iglesias hoy no son realmente cristianos esto tiene sentido.

Varia gente de las “iglesias” tiene a Cristo fuera de su corazón, pero ahí está la salida, déjalo entrar, deja que el coma y comparte contigo, deja que él te haga vencedor y escucha su voz clara hoy.

Esto me lleva al tercer y último pasaje:

Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. —Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día,  y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Lucas 24:45-47.

Comprendieron las escrituras cuando Cristo abrió su entendimiento, y les dio la gran comisión, que debe hacer la iglesia (nada nuevo), predicar el arrepentimiento y perdón de pecados en todo el mundo, o sea que no hay excusa.

Resumiendo este mensaje para la iglesia en el 2013. Si hemos perdido el primer amor, volvamos a las primeras cosas, de esa manera aseguramos tener a Cristo dentro de nuestro corazón y la victoria asegurada, y eso nos lleva automáticamente a cumplir la gran comisión, que implica predicar el evangelio de Cristo cada día en cada lugar posible, te invito a que en el 2013 hagamos iglesia.

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