(Compartí este
mensaje en mi congregación la iglesia el Cenáculo el 31 de Diciembre del 2012
entre 11 y 11:30 pm, una de las mejores formas de terminar el año)
El tiempo es un
factor que sin duda nos afecta, a veces más de lo que debería, pero por
extrañas razones el cierre de períodos e inicio de nuevos se vuelve
esperanzador en muchos casos, el cierre de años escolares, o períodos
académicos, las celebraciones de cumpleaños y aniversarios de bodas o noviazgos
son comunes.
Curiosamente son
los primeros años los más celebrados, o los que terminan en ceros o cincos, por
ejemplo cuando un bebé recién nació durante los primeros dos meses los padres
contestaran la pregunta sobre la edad de este, tiene 6 meses y medio, o 13
meses, 7 meses y 1 semana, o quizás, ya mañana cumple 8 meses. Pregúntele si a
los 19 años dirá que está por cumplir los 228 meses o algo así.
El punto es que los
cierres temporales humanos pueden ser útiles si los cambios que llevamos a cabo
tienen un impacto diario en nuestra vida, y no se convierten en dietas y
propósitos que a mediados de enero o febrero están siendo tirados por la borda
y caemos en una rutina espantosamente absorbente.
Pero si meditamos
sin tener complejo mesiánico en que tiempo estamos viviendo como iglesia y
tomamos acciones al respecto, el iniciar un 2013 con un propósito mayor se
vuelve relevante. Por eso quiero comentar sobre tres pasajes bíblicos y aquí vamos
con el primero:
Conozco tus
obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los
malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero no lo
son; y has descubierto que son falsos. Has
perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. Sin
embargo, tengo en tu contra que has
abandonado tu primer amor. ¡Recuerda
de dónde has caído! Arrepiéntete y
vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes,
iré y quitaré de su lugar tu candelabro. Pero
tienes a tu favor que aborreces las prácticas de los Nicolaítas, las cuales yo
también aborrezco. El que tenga oídos, que oiga lo que
el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré derecho a comer
del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios. Apocalipsis 2:2-7 (NVI)
Leemos en este
primer pasaje sobre una iglesia fiel, con sana doctrina y mucha actividad
eclesial (sea en un templo o no) pero estaban comenzando a fallar en la
esencia, el amor a Dios, el primer amor, eso es un pecado (por omisión el no
amar es pecado) y es de reflexión.
La iglesia más fiel
de las 7, según unas interpretaciones la que representa la iglesia de los
primeros siglos de cristianismo, pero ya habían errores al amar y Dios da la
salida, hacer las obras del principio, hoy en día estas obras iniciales son
sencillas, un tiempo diario de oración, que cada quien desarrolle un nivel de congregación fiel y constante, y amor por leer
y compartir la palabra, sé que esto no es nada nuevo, de hecho creo que cualquier niño de 7 años en la escuela dominical podría dar esta respuesta facilmente, pero ¿Lo hacemos? Si lo
hacemos entonces no hemos perdido el primer amor, pero por si alguien no lo
hace, le recomiendo leer el pasaje de nuevo especialmente la parte que resalte
en el texto.
Ahora pasemos al
segundo pasaje:
Escribe al ángel
de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el
soberano de la creación de Dios: Conozco tus obras; sé
que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por
tanto, como no eres ni frío ni caliente,
sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace
falta nada”; pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre,
ciego y desnudo eres tú. Por eso
te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas
rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y
colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. Yo
reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta
y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él
conmigo. Al que salga vencedor le daré el derecho de
sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en
su trono. El que tenga oídos, que
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:14-21 (NVI)
Dos
cosas, el mensaje duro a la tibieza o indecisión espiritual en Honduras diríamos
no sos chicha ni limonada, por eso la iglesia es rechazada, ahora lo último que
resalté es para muchos el mensaje evangelístico por excelencia pero les digo
algo, este no es un pasaje a inconversos, es un mensaje a los conversos, es
un mensaje a la iglesia, y la conclusión es obvia, la Iglesia tiene fuera de corazón
a Cristo, por eso el está tocando y queriendo compartir con nosotros.
Hace
años don Roberto Orellana cantaba interpretando a Dios diciendo: “Porque hay muchos hombres que se reúnen en
mi nombre, pero no me dejan entrar a mi”. Es triste pero ese canto sigue
vigente hoy en día. Insisto en el punto este versículo no es evangelístico, es
un mensaje a la iglesia, y según los expertos esta Iglesia de Laodicea es la
iglesia de los tiempos finales o sea nosotros, como una buena cantidad de los que
se congregan en iglesias hoy no son realmente cristianos esto tiene sentido.
Varia
gente de las “iglesias” tiene a Cristo fuera de su corazón, pero ahí está la
salida, déjalo entrar, deja que el coma y comparte contigo, deja que él te haga
vencedor y escucha su voz clara hoy.
Esto
me lleva al tercer y último pasaje:
Entonces les
abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. —Esto
es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al
tercer día, y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados
a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Lucas 24:45-47.
Comprendieron las
escrituras cuando Cristo abrió su entendimiento, y les dio la gran comisión,
que debe hacer la iglesia (nada nuevo), predicar el arrepentimiento y perdón de
pecados en todo el mundo, o sea que no hay excusa.
Resumiendo este
mensaje para la iglesia en el 2013. Si hemos perdido el primer amor, volvamos a
las primeras cosas, de esa manera aseguramos tener a Cristo dentro de nuestro corazón
y la victoria asegurada, y eso nos lleva automáticamente a cumplir la gran comisión,
que implica predicar el evangelio de Cristo cada día en cada lugar posible, te
invito a que en el 2013 hagamos iglesia.
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