Algo que Decir
El año 2009 fue particularmente un año difícil
en muchos sentidos, pero en estos momentos no opinare sobre situaciones políticas
adversas de Honduras, lo que ocurrió fue que estaba estudiando mi último año de
maestría, y desde noviembre de 2008 no tenía trabajo y tenía la carga de
algunas deudas, y cero ingresos.
La situación del inicio de año me llevó a una
crisis emocional terrible, creo que por varias semanas mostré síntomas de
depresión, tenía varios días despertándome tarde y sin afeitarme, de repente
esto llamó la atención de mi papá, aprovecho el espacio para agradecer a Dios
por mis padres, pero en esta ocasión mi papi tenía algo que decir.
Comenzó con sus típicas anécdotas, me hizo ver
que mi apariencia no era la correcta, que mi actitud no era la correcta a través
de una serie de ejemplos y palabras oportunas que solo Dios pudo mostrarle que
y como decirlo.
Mi reacción fue casi inmediata como pocas
veces recuerdo en mi vida, hablamos una tarde y para la noche estaba bien
afeitadito y organizando cosas para el día siguiente, el cual me levante a orar
muy temprano, y el año mejoró cuando tuve una nueva perspectiva después de
hablar con mi padre aquella tarde de abril del 2009.
El ímpetu y sabiduría de aquella palabras me
hacer recordar el poder de una palabra, y sin mas preámbulo quiero decir algo a
la iglesia, y estoy seguro que viene de parte de Dios.
Iglesia basta ya de mensajes sin profundidad,
basta de ignorar la necesidad de nuestras comunidades, basta de ignorar nuestro
deber como embajadores de Cristo y su Reino, los tiempos que vivimos actualmente solo
reflejan que la venida de Cristo se acerca cada vez más y el mundo entero y las
congregaciones mismas deben darse cuenta de ello.
Iglesia no puedes permanecer ciega ante la
maldad que a veces está dentro de las congregaciones y en ocasiones se expone
en los púlpitos, Iglesia ningún ser humano puede juzgarte, pero Dios si, debes
estar a cuentas con El y hacer lo que desde el ministerio terrenal de Jesús se
te enseñó que hagas.
Sí, hoy tengo algo que decir para que la
iglesia se vista adecuadamente porque las bodas del cordero están cerca y
espero mi hermano y hermana que estemos celebrando, pero antes de que eso
ocurra tenemos que trabajar arduamente sin desmayar hoy y todo el tiempo que Dios nos permita vivir.
Tu publicación me ha bendecido Gustavo, hay que dejar a un lado el letargo.
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