domingo, 30 de octubre de 2011

Lo chusco


Debo admitir que soy un seguidor de deporte en general, me encanta el soccer, el futbol americano, atletismo, baloncesto, beisbol, natación y hockey sobre hielo, y admiro mucho esta noble labor de entretenimiento.
                Tengo leves recuerdo de los deportes a finales de los 80, por ahí las series mundiales entre atléticos de Oakland y rojos de Cincinnati, los torneos de futbol local, aquella Eurocopa que ganó Holanda en 1988 y el mundial de Italia 90, entre otras, pero si tengo claro muy claro que siempre me gustaron los deportes y junto a mi hermano mirábamos los domingos por la noche un programa de resúmenes deportivos de una televisora mexicana.
                Lo que me resulta gracioso es que siempre esperábamos el spot final, que trataba de “Lo chusco”, que eran videos de jugadas o situaciones graciosas que junto a Oscar mirábamos, reíamos y disfrutábamos. Hoy muuuchos años después de eso seguimos disfrutando y sufriendo en los deportes, ambos seguimos al Real España y al Real Madrid, admiramos el buen deporte y aunque ahora la circunstancias de la vida nos distancian (el vive en Minneapolis) cuando conversamos, siempre alguna platica deportiva surge.
                Además de eso, creo que nos hemos corregido en no esperar al final de un programa deportivo para ver “Lo chusco”. Si me encanta reírme, y mi percepción es que Dios tiene un buen sentido del humor, debemos reírnos y disfrutar mucho de la vida y de la noble tarea de Hacer iglesia.
                Pero aquellos recuerdos de dos hermanos viendo televisión a las 8 o 9 de la noche un domingo, me hacen reflexionar en que a veces la gente que se congrega disfruta más de “Lo chusco” y no de lo importante. La mayoría de iglesias locales tienen buenos tiempos de alabanza y adoración, un tiempo de mensaje y algunas actividades culturales (dramas, videos, actos cívicos, etc.), y hay una parte estrictamente social que es divertida también.
                Esa salida de la iglesia cuando conversamos, hacemos bromas, planificamos salidas a comer o al cine, etc. Se trata de una parte social que inevitablemente sucederá, pero que lastimosamente carcome la esencia de la iglesia (el mensaje salvador de Cristo). Aclaro que esa acción de club social no es precisamente mala, solo cuando el chisme (comentarios de cosas que no “compartimos”) es parte de la conversación, pero al desenfocarse la iglesia de su labor designada, es justo revisar y señalar que males nos han llevado a esto, para encontrar respuestas.
                El problema es no darnos cuenta en realidad de cuál es la razón por la que debemos congregarnos, si tú te congregas es para crecer en tu comunión con Dios junto con otros hermanos, para aprender más sobre cómo ser como Cristo, para seguir viviendo como Dios quiere evangelizando y haciendo discipulado. Y si en el proceso uno hace amigos (como en efecto ocurre) y comparte es muy bonito.
                Pero cuando el hacer amigos, conocer chavos o chavas, buscar contactos profesionales, o simplemente visitar un club, se vuelve el principal móvil para congregarnos, estamos esperando que llegue “Lo chusco”, que llegue el final del resumen noticioso semanal para disfrutar los minutos finales. Es una actitud como la de mis estudiantes cuando suena el timbre de final de clases, se acaba la razón por la que fueron a clases, pero ellos celebran.
                ¿Cómo es posible? Que prefiramos compartir chistes con los amigos más que compartir un tiempo con el mejor de los amigos, que disfrutemos mas de platicas y conversaciones cómicas antes que disfrutar un tiempo de oración y ministración. Conste que no es extraño ver gente en las congregaciones precisados por esta parte social más que por la visión de iglesia y de cómo podemos predicar el evangelio a mayor cantidad de personas.
                Es como la caricatura en que el personaje pelaba un banano, tiraba la fruta y se comía la concha, o tan “chusco” como desenvolver un regalo y botar el artículo y solo disfrutar el papel para envolver. ¿A qué se debe esto? No a que la concha sea más sabrosa, ni a una cuestión sentimental hacia el papel regalo.
                Se debe a que no enseñamos como se debe, es posible que alguien que lleva 2 años o más congregándose ya haya escuchado bastante de la palabra y no esté sirviendo, puede ser que la forma de presentar la predicación sea más aburrida que ver el pasto crecer, existe la posibilidad que la calidad en que se desarrolla el programa sea peor que los efectos visuales de las películas latinas de los años 50 (vistas hoy en día), a que tenemos un listado de restricciones y nada de testimonio vívido de lo que es ser como Cristo.  
                Si la iglesia presenta asuntos tan vitales como los que estamos llamados a hacer, no podemos darnos el lujo de ser mediocres adjudicando después la desmotivación de la congregación a la lucha espiritual, precisamente porque sí hay lucha espiritual debemos usar las armas celestiales de la mejor manera, debemos orar y ser diligentes, y no permitir que la gente se congregue solo porque a la salida verán a sus amigos o jugaran futbol.
                El programa debe ser de calidad, debemos ejecutar música de calidad, debemos predicar transmitiendo lo que Dios dice para la iglesia y no solo para llenar el espacio, debemos atender al necesitado, escuchar al que quiere hablar, ministrar, bendecir, discipular y evangelizar, en resumen la Iglesia necesita comportarse como Iglesia.
                Mi hermano y yo seguimos viendo deportes y resúmenes deportivos, pero disfrutamos de lo esencial, maduramos y ya no estamos esperando “lo chusco”, volviendo a la plática sobre las cosas de Dios, no podemos sólo disfrutar de “lo chusco”, mientras el glorioso creador de todo tiene algo que decirnos. Hagamos Iglesia HOY.

domingo, 23 de octubre de 2011

El Alumno Estrella

El 22 de Octubre del año en curso una gran amiga y yo asistimos al concierto de Juan Luis Guerra en Tegucigalpa, fue un evento de alto nivel con un escenario impresionante, efectos de luz y vídeo, como por  lo menos yo no recuerdo haber visto en mi hermoso país. En medio de los clásicos de bachata, merengue y salsa, Juan Luis supo dar su mensaje de salvación compartiendo que pertenece al club de la gracia salvadora de Jesucristo.

Este día me sucedieron un par de eventos que lograron bajar mis ánimos y permitieron que el mal humor fuese parte de esa noche en mi vida, a pesar de la compañía que no podía ser mejor y otra serie de situaciones positivas alrededor de esto, aquellas circunstancias me tenían mal emocionalmente.

Durante el show, pues la adrenalina y la buena música con mensaje positivo permitieron cierta distracción en mí, pero al terminar el recital, de nuevo el ánimo comenzó a decaer como la espuma de un refresco de cola se disipa después de segundos de haberse servido. De repente me encontré meditando y orando en aquellas gradas mientras los más agilizados espectadores iban saliendo a toda velocidad del sector de gradería del estadio.

Mi oración estaba basada en una autocrítica, presentándome ante Dios, exponiendo que las situaciones adversas no deberían bajar mi estado de ánimo, que no era posible que un par de circunstancias (no agradables por cierto) no deberían preocuparme, y que en mi humanidad me perdonara, pero que me permitiera subir mis ánimos cuanto antes.

Fue entonces cuando observé un par de ex compañeras de secundaria, una de ellas ya me había saludado antes del concierto, y me acerqué a platicar, fue justo a la que no había visto previo al evento la que se alegró mas, y al verme dijo: “No puedo creerlo, mi compañero el alumno estrella (en eso volteó a ver a un joven que estaba cerca), mire amor él fue mi compañero desde Kinder, el es Gustavo Roura y fue el alumno estrella de mi curso” luego nos presentamos, conversamos un rato, y ellos se fueron, luego regresé con otros ánimos donde mis acompañantes al concierto.

Estaba con una estudiante de psicología (mi amiga de la foto) y un psicólogo y solicité una explicación psicológica sobre porque el  estado de ánimo sube ante un halago, ellos me explicaron ciertas bondades de lo que llamaron ego, y me hicieron una buena y correcta aclaración desde el punto de vista académico psicológico, con lo que quede tranquilo, pero en mi interior estaba la certeza de que Dios me había mostrado una lección.

Aclaro que en efecto en secundaria fui un buen estudiante, seria falta de humildad si yo exagerara las cosas, pero no es así, en efecto fui el mejor estudiante de todo el colegio mientras estudie en el cerro de plata los 5 años, obtuve premios en la alcaldía en un par de ocasiones, y el día de mi graduación tuve el honor de compartir el discurso de parte de los alumnos y me llevé todos los diplomas, etc. En la universidad siempre obtuve un buen promedio, y gracias a Dios mucho mejor fue el promedio a nivel de maestría. La gente que me conoce de cerca argumenta que en efecto fui o soy un “alumno estrella”.

Al final estoy convencido que no son las calificaciones sino las decisiones y acciones las que permiten que uno trascienda en lo que emprende, pero ¿porque me inspiró tanto la frase de mi ex compañera? Porqué al pedirle a Dios que me sacase de un bache emocional utilizó una compañera que no es hermana en la fe y que resaltó un logro de mi vida que no es del todo relevante, pero que si logró subir mis ánimos.

La respuesta si tiene que ver con todos los que queremos lograr hacer iglesia de manera objetiva y eficiente. Dios sabe todas las cosas, como lo reconoce Pedro en Juan 21:17, y sabe que no somos perfectos, por tanto no podemos exigirnos perfección, Dios nos va perfeccionando en el camino, y día a día debemos ir muriendo a nuestra carne, pero lastimosamente tenemos alma y cuerpo no somos sólo espíritu, por tanto diversas situaciones no agradables van a afectar las emociones.

Consideraré Mateo 7 para ejemplificar, y este dice: “24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.” Está claro que la persona que edifica sobre la roca, no cae, pero no está exento de problemas, y las tormentas o brisas de la vida pegan duro, con la diferencia que el que está en Cristo está sólido.

Si hay algo que inmediatamente se ve afectado con las circunstancias de la vida, es el estado de ánimo y todos los aspectos que tienen que ver con el auto estima, que los psicólogos pueden entender y explicar muy bien, y hay muchos aspectos que influyen en esto, el ambiente social, familiar, escolar, la edad de los padres cuando nacimos, si uno era deseado o no, si lo abrazaron de niño o no, etc. Y para que Dios nos use en evangelización y discipulado, es vital tener una estima sana, recalcó Dios lo sabe todo, y en su palabra podemos leer varios personajes cuya salud emocional no estaba bien, y antes de poderlos utilizar, sanó su alma.

Leamos la historia del llamado de Gedeón (uno de mis personajes favoritos), la narración esta en Jueces 6, un país entero que llegó a un extremo de vivir en cuevas, su moral y estima están por el suelo, pero cuando Dios le habla a Gedeón le dice Jehová está contigo, varón esforzado y valiente (Jehová está contigo alumno estrella). El punto interesante es que Gedeón nunca había hecho nada, y lo primero que ejecutó tuvo miedo de hacerlo de día, está claro que el hombre tiene problemas de seguridad, pero Dios lo sana, le sigue diciendo varón esforzado, le da las confirmaciones que necesita, y después esta tan lleno de valor que aceptó reducir el ejercito de 32,000 a 300 sin dudar, y logra la victoria. Por eso es tan importante estar con la estima correcta, por eso Dios sana nuestro interior primero y luego el accionar.

Insisto ejemplos abundan, Moisés dudando de su capacidad de hablar, David siendo excluido de la elección del próximo rey, Zaqueo siguiendo a Jesús desde un árbol, a todos Dios los sanó en su corazón y luego sus acciones siguen siendo inspiración a cientos de sermones que edifican y salvan hoy en día. Para hacer iglesia, necesitamos una estima sana.

No estoy diciendo que nos volvamos arrogantes, ni tampoco que estemos 5 años en sanidad interior, me refiero a reaccionar ante las palabras, promesas y profecías de fe y ánimos que Dios no da, y al impacto que un miembro de la iglesia con sanidad emocional puede logar, esto se debe estar notando, es digno de ser recordado, no es uno más del montón.

Pensar que con la simple expresión “el alumno estrella” dicha al final de un concierto mi ánimo subió una noche, que tal cuando Dios te dice “Hijo mío”.

viernes, 21 de octubre de 2011

La Verdadera Profecía (Segunda Parte)


Entre mis aficiones está el cine, me encanta disfrutar de las historias, efectos visuales y de sonido, actuaciones magistrales, etc. Todo propio del 7º arte (aunque no disfruto de las palomitas de maíz que la mayoría solo comen en la sala de cine, sigo sin entender porque), ese espectáculo llamado cine tiene una tendencia a la realización de secuelas, segundas partes o continuaciones, y debo admitir que son pocas de estas las que me han gustado igual o mas que las primeras. Espero que esta segunda parte sea buena para mis amigos lectores.

En la primera publicación comencé a platicar sobre la profecía, su definición y dos aspectos claves que permiten su veracidad, una es que proviene de Dios y la segunda es que es Bíblica, ahora continuaremos con los otros dos aspectos que quiero comentar.
  
3.      La Profecía orienta la visión del creyente.

Vuelvo la mirada hacia algunos años atrás y recuerdo con ciertos nubarrones, diversas clases de escuela dominical donde se nos enseñaba sobre los profetas, reyes y jueces del antiguo testamento, aquello era bonito, pero definitivamente no creo que alguien tenga la osadía de hablar de profecía sin mencionar algún gran profeta de este sector de la Biblia.

Eliseo será el profeta elegido en este comentario, aquel profeta con la doble unción de Elías, aquel que incluso muerto el toque de sus huesos resucitó a un personaje que accidentalmente cayó a su tumba. Que secretos hay en el mensaje profético de Eliseo.

Eliseo nos permitirá ver que la profecía siempre tiene un propósito de orientación, tomaremos el capítulo 6 de 2ª de Reyes, antes de llegar al episodio que inspiró la clásica canción de Marco Barrientos “que los de nuestro lado son más que el adversario”, hay un detalle en los primeros versos de dicho capítulo.
La historia es conocida, es sobre un leñador de los que estaban trabajando para ampliar el lugar de vivienda para Eliseo, dicho varón consiguió un hacha prestada y mientras cortaba un árbol junto al Jordán, el hierro de esta se desprende cayendo en el rio, inmediatamente Eliseo aparece en escena y pregunta donde cayó, y el leñador señala el lugar, y Eliseo lanza un palo y contra toda ley física, el hacha flotó.

El mensaje de profeta fue principalmente una pregunta ¿Dónde Cayó? (versículo 6) En definitiva no es la profecía más extensa del mundo, pero fue la pregunta clave, la pregunta orientadora, ¿Dónde Cayó? El leñador señala, o sea acciona conforme a la palabra profética e inmediatamente Dios hace el milagro.

No se si deba explicar más, pero el profeta vino solo a orientar la visión del siervo, de manera que si el leñador no hubiese estado atento se le hace pagar el hacha, el tipo sabia donde se cayó, y el profeta solo le pregunto para que viera como Dios puede distorsionar la física para que pueda seguir su labor.

La Palabra profética tiene ese elemento orientador, ocupamos mas ejemplos, pues siga leyendo el capítulo 6 de 2ª de Reyes y verá como a través de la oración profética (no mística) de Eliseo, literalmente los ojos espirituales del criado son abiertos para ver los miles de ángeles que protegían a Eliseo de los Sirios, otro ejemplo, un capítulo antes, Dios orientó a través de Eliseo al General Sirio Naamán, sobre cómo ser sano.

Lo común en los 3 casos es el profeta Eliseo con la palabra profética que orienta, y los 3 receptores accionando para que el propósito de la palabra se manifieste, sea sanidad por lavarse, ver ángeles por observar en detalle o quebrantamiento de la ley física por señalar un lugar, podemos aprender que la palabra profética trae orientación a la visión de todo creyente.

4. La Profecía es constante.

Hablar (o escribir en este caso) sobre profecía no es fácil, estoy seguro que se pueden escribir libros enteros, grandes testimonios sobre esto y no se acaba el material, porque la profecía es constante.
Dios se sigue revelando a nuestras vidas de manera constante, sigue iluminando nuestro diario vivir con poder y bendición a través de la constante lectura de su palabra escrita, la oración, la predicación, la alabanza, etc.

Es impresionante como un libro o una película nos puede ilustrar o motivar para entender un mensaje que evidentemente no puede ser natural, Dios sigue hablando, pero hago hincapié lo importante es el mensaje, no el medio.

Aquí viene el llamado a la iglesia 1 Corintios 14: 29 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.  30 Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero.  31 Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados.  32 Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;  33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.  Como en todas las iglesias de los santos.

Cada vez que leo este pasaje me sorprendo, Dios tiene mucho que decirnos, como iglesia, la profecía es constante, la labor de los lideres debería ser juzgar la palabra profética que está viniendo a la iglesia, lo que sostiene un creyente fiel es la revelación divina, y pregunto, porque no la buscamos.

Aclaro que no estoy invocando que la gente se levante a decir “El señor me dice: Feliz Navidad, Prospero año nuevo”. Pero si a que sigamos buscando cada vez mas de Dios en lo privado, que pidamos revelación a Dios, a que orienta nuestra visión para ACCIONAR.

La palabra de Dios es viva (Hebreos 4:12) y sigue manifestándose para vivificar la iglesia, la profecía es constante porque Dios quiere que estemos en movimiento constante.

Quiero cerrar sabiendo que hay mucho material por hablar, pero debemos reflexionar en algunas preguntas ¿Ha traído Dios palabra profética a mi vida? ¿Por qué si o porque no? ¿Debo estar accionando en el ministerio y llamado que Dios me ha dado? ¿La profecía es constante en mi vida?

Las respuestas a estas preguntas, pueden orientarnos a saber qué tanta labor de iglesia bíblica estamos haciendo, estoy seguro que hay mucha gente en la iglesia que nunca se dan cuenta que Dios les habla a diario, pero si han orado pidiendo señales, por eso es que tu y yo, ocupamos hacer iglesia hoy. Dios te bendiga.

miércoles, 19 de octubre de 2011

La verdadera profecía (Primera Parte)


Una gran variedad de ideas vienen a mi mente, y creo que a la mente de cualquiera al escuchar la palabra profecía, quizá algunos piensen desde el extremo de un adivino o charlatán diciendo una serie de incoherencias como ser “el Señor dice: que una nube se pondrá sobre ti, por tanto se lumbrera del necio y convierte lo amargo en dulce, que quiere decir que compres cierto número en la lotería y lleva paz al necesitado”
Otros un tanto cinéfilos podrían pensar en las películas clásicas llamadas “The omen”, que al ser traducidas al español, fueron tituladas “La Profecía” que narraban la ficticia historia de Damian, y cuya primera entrega estuvo en cartelera en 1976, con una nueva versión que se estrenó en Junio de 2006.
Sin olvidar que el efecto péndulo de la vida eclesial nos llevó de un extremo exagerado que argumentaba que el último profeta fue Juan el Bautista, hasta el otro que cualquier hermanito o hermanita que tenía 2 meses seguidos de estar orando era profeta, y de repente de no tener a nadie pasamos a tener más profetas que creyentes y que niños felices en los barrios de Tegucigalpa.
El centro de esta publicación no es hacer parodias o burlas sobre las concepciones públicas (cristianas o no) de lo que es la profecía. Sino de transmitir bíblicamente el verdadero sentido y su utilidad en el mundo de hoy.
Aunque algunos sostengan que dar una definición no es la mejor forma para iniciar un tema, yo pienso que el diccionario sigue siendo de los mejores elementos para estos casos, según la real academia de la lengua, profecía es: 1. Don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o futuras. 2. Don sobrenatural para pronunciar oráculos en nombre y por inspiración de Dios. Ambas definiciones nos ayudan a entender mejor algunas cosas que comenzaremos a detallar.

1.       La Profecía verdadera proviene Dios. 

Hasta un diccionario que no está inspirado en Dios, reconoce que la profecía es un don sobrenatural, Si leemos en detalle 1ª de Corintios 12, podremos encontrar entre los dones espirituales, que existe la profecía (hablamos del nuevo testamento por si alguno cree que esto es cosa del pasado), pero el que imparte el don es el Espíritu Santo, o sea proviene de Dios.
El hecho y fundamento que provenga de Dios, hace que su uso sea para beneficio de la iglesia, no de un grupito de hermanos, o de la iglesia madre, el propósito es que la iglesia universal sea edificada, incluso es el don que el mismo apóstol 2 capítulos más adelante se encarga de explicar en detalle, y le da mayor importancia a nivel de iglesia que las lenguas mismas.
Yo pertenezco a una iglesia pentecostal, por tanto he vivido alrededor de un ambiente en el que el don de lenguas es muy importante, y conozco muchas iglesias pentecostales que casi promueven cultos enteros de hablar en lenguas, aparentemente no han leído el capítulo 14 de 1ª  de corinitos, y no han reparado que lo más relevante para edificación de la iglesia es la profecía. Hago la salvedad que las lenguas son para edificación personal.

2.       La Profecía es bíblica.

Aquel tipo de frases como decir “veo tres ángeles morados a tu alrededor que te iluminan” etc. Que alguna hermana dijo con voz misteriosa y entonación de ripley, me preocupa, tal vez algunos hermanos ven mucha televisión, o de repente cenaron mucho, o incluso se confundieron zancudos frente a una luz de neón y los vieron como ángeles, no lo sé ni me compete saberlo, pero seguro el error procede de no entender que la profecía es bíblica y no mística.
El Apóstol Pedro dice que tenemos la palabra profética más segura (2 Pedro 1:19), lo que Dios dice de manera general ya está escrito en la biblia, y cuando trae esa palabra personal no es místico, es bíblico, lo que Dios diga de la forma que lo diga (que pueden ser muchas por cierto) debe estar en perfecta armonía con la Biblia. Lo importante de una profecía es que es un mensaje de Dios, no precisamente el profeta, quizá la cultura mediática que gobierna muchas iglesias locales nos hace creer que entonar solemnemente y decir algo es profecía, les puedo asegurar que muchas veces no lo es, ese misticismo aparentemente engrandece al profeta, y de nuevo insisto lo importante aquí es la profecía.
Entendamos que la profecía implica palabra de edificación a nuestra vida presente con repercusiones futuras, hagamos memorias cuántos libros, predicas, canciones edificaron nuestra vida en ese sentido, el mensaje profético ahí estaba, no se ocupa misticismo, ni siquiera un medio de transmisión raro ni traído del extranjero, Dios no es místico, es un Dios que habla claro y directo a cada vida con un propósito especial.
Sobre este punto cierro enfatizando que bastante de la profecía ya fue dada, no esperemos que alguien nos profetice de nuevo lo que Dios ya reveló en su palabra, eso ya fue dicho, lo que tenemos que hacer es vivir la profecía bíblica que implica crecer en relación con Dios, predicar al inconverso y discipular al creyente (nada nuevo verdad). Y si Dios trae profecía especial a nuestra vida, seguro implica moverse por tanto hay que moverse para ver el cumplimiento de la misma.

Aun faltan dos aspectos que mencionar respecto a la profecía, pero por los momentos meditemos en cómo hacer iglesia aplicando esta palabra profética que leímos hoy. Dios te bendiga.

sábado, 1 de octubre de 2011

La Iglesia el Cenáculo


En una zona céntrica de Tegucigalpa, a escasa media cuadra del boulevard Francisco Morazán se encuentra el templo o edificio para reuniones de la iglesia el Cenáculo, es mi dicha compartirles hoy que desde Junio o Julio de 1991 me congrego en esta fabuloso iglesia local.
Todos los que nos hemos congregado ahí hemos cantado los famosos himnos clásicos (“Te vengo a decir”, “El Cenáculo es el templo”, “Vine a alabar”, “Te alabo mi señor”, “Terminó la escuela”). Además de escuchar las buenas predicas con las conocidas anécdotas de nuestro querido pastor Fernando Nieto.  Si has estado involucrado en grupos de jóvenes o exploradores fuiste más de alguna ocasión a nuestro lugar de retiros “Monte Gerizim” en las afueras de Zambrano (carretera al norte del país), en una generación muy específica entre 2000 y 2002, incluso se hacían baños voluntarios en las aguas blancuzcas y llenas de renacuajos pero no tóxica por que era “agua caliza”.
No es posible hablar de esta hermosa congregación sin mencionar múltiples actividades en las que nos vemos involucrados, como ser obras teatrales, conciertos, congresos, campamentos, brigadas médicas (principalmente a transito y plan del cerro en el sur del país), cultos y celebraciones.
Pero como en cada una de todas las iglesias locales, no todo es bonito, no todas esas actividades traerán precisamente solo buenos recuerdos a los involucrados, no todos los hermanos fueron amables siempre, y más de alguna discusión acusando a algún grupo de “insurrectos” se ha llevado a cabo en los últimos 20 años.  El éxodo de hermanos como si se tratara de abandonar Egipto hacia la tierra prometida (irónicamente aclaro) y muchos otros problemas que entiendo son comunes en cada iglesia local.
Si quiero expresar abiertamente que gracias a Dios fui formado en sus caminos desde pequeño en la iglesia el cenáculo, de verdad entiendo que el ministerio y visión de Dios es una iglesia general y universal, en la cual estamos involucrados todos los que profesamos a Cristo como Señor y salvador independientemente de las trivialidades y divisiones tradicionales que no hacen más que separar cada vez más a los creyentes. Pero las iglesias locales son esos medios que Dios utiliza.
La iglesia local es la que evangeliza, discipulá y pastorea, es o debe ser aquella que invierte tiempo pensando en actividades con mensaje y propósito de salvación de almas, para luego seguir formando personas que testifiquen del poder de Dios en sus profesiones y ministerios llenos de la presencia de Dios.
En este sentido defenderé siempre a la iglesia de Cristo y la iglesia local donde estoy, y donde estaré hasta que Dios quiera, El Cenáculo no es perfecto, pero es una gran iglesia, tiene muchos problemas (cual no), pero tenemos a Cristo y con eso pues son suplidas todas nuestras necesidades y tenemos un referente y una visión superior hacia donde caminar.
Creo que al igual que yo muchas personas están dispuestas a servir a Dios y pensamos en hacer cosas cada vez más significativas por la Iglesia de Dios, pero para eso no podemos olvidar primero que nuestro mayor amor es a Dios en sí y no a una iglesia o ministerio en particular, Dios es primero, estando claro eso, no pretendamos descubrir el agua caliente. Existe gente que cree que la unción o talentos que Dios les ha dado es la solución a todo y que todo lo que se predicó antes no sirve. Yo no puedo aspirar a mas sino soy fiel en lo poco, no puedo seguir creciendo y “divorciarme” de lo que vivo hoy, no puedo estar con la mente en el futuro sin hacer algo en el presente.
La iglesia local debe ser honrada y respetada, como debe ser honrado y respetado tu hogar, y tu vida personal, y no podes llegar más allá con un “orgullo espiritual” que estoy seguro daña la iglesia. No me mal interpreten, yo considero que debemos dar la excelencia a Dios, y debemos usar los medios, la tecnología  y la creatividad que Dios nos ha dado, pero no por eso menospreciaremos nuestra iglesia local que solo canta en mi menor o re menor. O porque la prédica no tiene algún video o diapositiva. Mientras perdemos energías en discutir trivialidades de esas, hay miles muriendo sin Cristo.
Congreguémonos, eso es clave y vital, respeta tu iglesia local, amala, ora por tus autoridades, se diligente y así contribuís a la iglesia de Cristo, luego seguí haciendo iglesia, debes convertirte en una extremidad del cuerpo de Cristo en cada lugar que vayas. Yo hago lo que Dios me manda a hacer, y reconozco que Dios utilizó grandemente la congregación del cenáculo para formarme y seguirme formando, si hay cosas que mejorar le pido a Dios fuerzas para que mi congregación y Yo hagamos cada vez más la labor de Iglesia que el encomendó.
Por cierto hoy te invito a hacer iglesia también en tu iglesia.