Ese día no sonaron las campanas de la iglesia,
las tradicionales palomas no volaron al pasar la bella pareja, nadie tiró un
solo grano de arroz, no escuchamos la marcha nupcial, no se lanzó el ramo ni lo
que sea que los hombres lancen.
Una boda sencilla con muy pocos clichés como el
vestido tradicional y muy bello de mi esposa, mi frac de gala, 5 damas de honor
vestidas acorde a los colores favoritos de la mujer más bella del mundo, unas
sencillas decoraciones pero elegantes y bonitas.
El lugar es un centro de retiros cristiano en Morelos,
México. Entré de la mano de mi mamá, luego Ana Lucía (la primera dama en
desfilar) llegó tomó el micrófono y junto con Tilo comenzaron a cantar You’re beautiful de Phil Wickham, avanzaron
las demás damas (Leslie, Ane, Anai y Mirelle) y después mi suegro traía junto a
él a Sara Elisa, que traía un vestido hermoso estilo princesa con escote
corazón y pedrería sutil.
Alrededor de 150 personas estaban ahí, insisto
en el punto que había música de fondo y muy bonita, estaba mi mami y muchos de
nuestros amigos, pero en ese momento que debió durar 47.3 segundos, en mi mente
fueron como 5 horas en cámara lenta sin audio alguno, sólo ella caminaba hacia
mí. Sentí a Dios diciéndome ella será tu esposa.
Pues
comenzó la ceremonia, Yiyo compartió un hermoso mensaje, yo dije mis votos ella
los de ella, nos dimos anillos y salimos. Sencillo, aclaro el punto, hicimos la
menor cantidad de clichés y asuntos porque lo importante era Dios, nuestros
votos y ya.
Después claro que hubo fotos, comida, postres
hondureños y mexicanos, ella y yo bailamos, bailé con mi mami y ella con su
papi. Una mañana del Domingo 20 de Julio de 2014, una gran bendición, un día
que no se puede olvidar.
Ese tan sólo fue el inicio de una aventura
buenísima que estamos viviendo, y que en el orden correcto comenzó como una
amistad que floreció en Junio del 2013, que se volvió noviazgo en Octubre y
compromiso en Diciembre de ese año. Y que hoy después de 10 meses de casados insisto,
es una aventura extraordinaria.
Quiero cerrar la serie de mensajes sobre los
símbolos de la iglesia con el matrimonio. Dios mismo inició la historia humana
con el matrimonio entre Adán y Eva, y también termina el apocalipsis con las
bodas del cordero, Cristo y su Iglesia en matrimonio.
Muchas veces prediqué de este tema, pero ahora
ya casado hay una compresión más experimental a cerca de la intimidad que hay
en un matrimonio. Es un lugar seguro, de mucha confianza, de vulnerabilidad,
algo bello. Cada ser humano está diseñado para vivir intimidad sólo con Dios y
con su cónyuge. Y ese nivel de intimidad es el que Dios requiere de su iglesia.
Es un símbolo que ni 300 predicas en DVD, o 27
semanas de cruzadas, o 3 tomos de explicaciones teológicas no pueden darse a
entender, es un símbolo de vida. Sólo viviendo en intimidad con Dios entiendes por
qué la iglesia es la novia de Cristo y pronto, muy pronto la esposa pura y sin
mancha del Hijo (Apocalipsis 19:7-8).
La comunión de amor e intimidad de la Iglesia
con Dios debe ser tal que las cosas fluyan naturalmente, hoy en día mucho
liderazgo de la iglesia pasa batallando al interior con los problemas de pecado
y falta de santidad o integridad de los congregantes, y poco o nada hacen por
las personas en sí, y como a su vez se extiende ese mensaje de amor a los que aún
no escuchan.
Si eres salvo (Romanos 10:9-10; 1 Corintios
5:17), debes saber que Dios está contigo y no quiere una parte de ti, quiere
bendecir, llenar y ministrar tu vida completamente. Hoy tienes esa oportunidad,
en un matrimonio hay vulnerabilidad, mi esposa me conoce bien, no puedo fingir
delante de ella. Lo mismo es con Dios, no finjas, Él sabe cómo estás, y quiere
reformarte y llenarte de su Espíritu, pero nuestros prejuicios, nuestra falta
de honestidad o religiosidad se opone a todo lo que Dios quiere hacer.
La verdadera Iglesia vive en intimidad con
Dios, no todos los congregantes son necesariamente parte de la iglesia
verdadera. Dios quiere que seamos su edificio, un organismo vivo (1 Corintios
12:12, 18), un pueblo santo (1 Pedro 2:9), real sacerdocio (1 Pedro 2:9), un
redil de ovejas que conocen su voz (Juan 10:4), y que tengamos esa relación
genuina e íntima con él.
Si vives así realmente somos Hijos de Dios,
comento que no hay término medio, no existen primos en el evangelio, o eres Hijo
o no lo eres (Juan 3:17-19). Hablar de simbología de iglesia a nivel educativo
solo es interesante, pero si vives la realidad profunda de eso, entonces se
notará la obra de Dios en tu vida como miembro de la iglesia de Cristo. Dios te
bendiga.
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