Sin duda alguna el título de esta publicación suena redundante, pero en la sencillez hay sabiduría, utilizo el ejemplo del palo de mangos, porque creo que es el más común en nuestro medio Hondureño, aquí abundan los árboles de mangos en cada esquina, y cada niño que creció en este sector, se subió a mas de alguno de estos comunes habitantes de los patios a bajar un par de sus frutos verdes para comer con chile y sal, o maduros para comer hasta empalagarse.
Aunque la boca se nos esté haciendo agua es preciso decir que todos los que reconocemos fácilmente un árbol de mangos esperamos rotundamente que dará frutos y que estos serán mangos, nadie espera albaricoques o bananos brotando de un palo de mangos, y es que en algo tan simple y a la vez interesante como lo es la flora hay enseñanzas, uno espera que el mango de mangos.
¿Y los cristianos? ¿Que se espera de ellos? Estamos visiblemente en un mundo que tiene expectativas altas a todo nivel, incluso el sistema de valores que rodea al mundo espera mucho de cosas y eventos que no tienen la capacidad por tanto llegan a perder credibilidad, me temo que en determinados momentos la iglesia como la hemos presentado ha entrado en el rango de una entidad que genera altas expectativas, pero no está cumpliendo lo que debe.
El capítulo 5 de Efesios habla de cómo la iglesia es luz y como se demuestra esa luz, el verso 8 lanza el siguiente reto: Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz. Cada vez que leo esto me siento retado, es como quien dijera en hondureño: si “sos” lo que decís, que se vea “pue”.
Si de verdad somos hijos de luz hay que demostrarlo, tan elemental como el fruto del mango demuestra que tipo de palo es ese que está sembrado en el patio nuestro o de algún vecino que siempre ha de regalarnos una bolsa de estos en semana santa, así es el fruto de vida del cristiano, quien es miembro del cuerpo de Cristo y lo demuestra.
Tener una vida llena de amor (no de religión), tener una actitud de agradecimiento (no de queja, o lástima), invertir correctamente el tiempo (no perderlo en platicas huecas y toda tontera cuanto cruza por nuestra mente), obedecer en amor (no legalismo destructivo, ni libertinaje) son algunas de las formas de demostrar que somos hijos de luz que podemos leer en efesios 5.
El mundo espera que la iglesia enseñe, ame, sirva, proponga, evangelice y haga discipulado. Más importante aun es que Dios espera eso de la iglesia y por tanto tú y yo debemos esperar eso de nosotros también. Es tan básico como decir que simplemente la iglesia debe vivir y hacer como dice la palabra, y comentar eso es tan redundante como decir que esperamos comer mangos de un palo de mangos.
CCV, o algo así decían las series japonesas que miraba cuando niño indicando que el programa continuará, Dios te bendiga y hagamos iglesia hoy.