sábado, 23 de julio de 2011

El Verdadero uso del martillo

En Honduras mi querido país tenemos buenas y malas costumbres (como toda cultura) uno de los males que tenemos los “catrachos” es utilizar indebidamente las herramientas y utensilios, por ejemplo, todos sabemos que si pretendemos clavar un clavo ocupamos de un martillo, es lo más lógico y elemental, pero “nunca” aparece un martillo cuando lo ocupamos, es entonces cuando hacemos uso de otros elementos para clavar, a veces son piedras, zapatos, trozos de madera u otros, siempre he hecho la broma con mis amigos y alumnos que si alguien prefiere puede utilizar cualquier tipo de peso (hasta sentarse) para lograr hacer llegar el clavo al extremo.
A parte del martillo hacemos mal uso de otras herramientas, las pailas se vuelven platos, los cubiertos se convierten en juguetes, las piedras son los más recientes prensa papeles, un “taquito” de madera es usado para nivelar la mesa dañada, una vara de madera sustituye el control remoto del televisor, dos cables pelados son la forma moderna de sustituir la llave del automóvil, y mucho ejemplos más de los malos usos que damos a las herramientas.
Por simple y absurdo que pueda parecer este párrafo, el martillo sirve para clavar o desclavar.
Alguien que sigue leyendo a esta altura debe preguntarse si algún día llegaré a un punto mucho más relevante que simplemente burlarme de los males caseros de mi noble país. Todo ese mal uso de herramientas, por ejemplo (el mal uso del martillo) me hace reflexionar de las cosas que como “iglesia” hacemos mal.
No pretendo hacer una crítica y dañar la imagen de la iglesia, pero es justo meditar en que debemos hacer como iglesia para “clavar correctamente”. La misión de la iglesia se encuentra en mateo 28: “18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;   20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”  El mismo pasaje está descrito con mayor o menor detalle en Marcos 16.14-18, Lucas 24.36-49 y Juan 20.19-23.
La misión es evangelizar y discipular, nada complejo tan elemental como clavar clavos, pero muchas veces queremos complicar el proceso, agregarle o quitarle a esta misión es pecado, simple y sencillo. Dios nos ha llamado a Predicar el evangelio y discipular a los recién convertidos, quienes comenzaran a evangelizar y discipular, la trascendencia del mensaje y  la obra de Cristo en cada uno hace que esta labor sea una acción de transmisión vida y amor, en la cual se manifiestan las señales que menciona Marcos, pero lo central es la salvación a través de Cristo.
Cuando perdemos el tiempo en querer explotar la agenda de los hermanos con “vida religiosa, reglamentos más extensos que los de un colegio conservador, hacer y/o mejorar programas de entretenimiento para cristianos (llamados eventos de evangelismo), etc.” Estamos clavando con un zapato o sentándonos, o sea no utilizamos el martillo correctamente.
La tarea de hacer iglesia bíblicamente es simple como clavar clavos, pero usamos mal el martillo o de perdidas no lo utilizamos, lastimosamente se genera una imagen de la iglesia inadecuada e incoherente con el plan eterno de Dios, mi oración hoy es que la iglesia comience a utilizar correctamente el martillo, empezando por mí y por usted mi querido lector, que tal si hoy hacemos iglesia ya sea hablándole de Dios a un incorverso o edificando la vida de un hermano en la Fe.


7 comentarios: